Una de las lesiones más frecuentes en las prácticas deportivas es el esguince, o torcedura de tobillo, la forma más común es cuando el pié al apoyar en un piso irregular o por una reacción débil de los músculos que estabilizan el tobillo, termina doblándose de manera que la planta del pié queda hacia adentro. En deportes de contacto como el fútbol, en donde el calzado está diseñado para la adherencia al césped suelen también ocurrir choques con el pié del rival que generar esguinces graves.
La lesión suele ocurrir en un instante y el tobillo regresa a su posición normal inmediatamente, en caso de quedar fijo en una mala posición estaríamos hablando de luxación, o quizás de una fractura.
Los esguinces se dividen en leves, moderados y graves, los leves sólo producen el estiramiento ligamentario, los moderados tienen ruptura parcial de ligamentos y los graves tienen ruptura total de ligamento con inestabilidad de la articulación.
Para comprender esto es necesario saber que es un ligamento, ya que mucha gente suele confundir los términos, bien, un ligamento es una estructura de unión fibrosa que estabiliza la posición de los huesos que componen la articulación, esta estructura tiene cierta elasticidad para permitir el movimiento articular. Otros elementos que participan en la estabilización son los músculos del tobillo y sus tendones. Estos tendones pasan por las estructuras del tobillo muchas veces enfundados en vainas que tienen un líquido lubricante para evitar la fricción. La inflamación de estos tendones y vainas suelen ser otra consecuencia del esguince.
Lo habitual en el tratamiento del esguince es la inmovilización inmediata, las compresas frías y la indicación de anti-inflamatorios. Esto no suele ser suficiente para una rápida rehabilitación, muchas veces la exagerada inmovilización aporta aún más para la inestabilidad del tobillo ya que atrofia la musculatura, genera adherencias de los ligamentos inflamados en sus vainas, y las fijaciones de las subluxaciones entre los huesos del pie.
Los huesos mismos son los olvidados en los tratamientos, los del tobillo y pie son estructuras que trabajan perfectamente articulados entre sí, una subluxación, o sea una incorrecta articulación entre un hueso y otro genera disfunción biomecánica del pié. Este olvido de los huesos es uno de los principales factores del retardo en la resolución del problema.El ajuste quiropráctico temprano de los huesos del tobillo y pié acelera la rehabilitación óptima de la función articular, además la inmovilización selectiva y no general garantiza la reparación de los tejidos y minimiza la atrofia muscular.
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