Existe gran controversia alrededor del interrogante acerca de si los quiroprácticos o algún otro profesional podrán aliviar o curar ciertas patologías de los órganos internos por medio de la manipulación vertebral. Aun cuando uno de los principios rectores de la quiropraxia es que ningún tratamiento se brinda con la intención de curar alguna patología per se en forma directa, muchos quiroprácticos, por no decir la mayoría, reportan casi en forma anecdótica que muchos de sus pacientes con diferentes padecimientos orgánicos en general mejoran al estar bajo su cuidado.
La razón más convincente para continuar creyendo que existe una relación entre las lesiones espinales y las funciones internas (mas bien, las alteraciones orgánicas) continúa siendo la evidencia surgida de historias clínicas y anécdotas sobre el advenimiento de mejoras en distintas afecciones como consecuencia de las terapéuticas diseñadas para tratar las lesiones espinales.
La estructura gobierna la función es también Axioma básico de la osteopatía, viene a significar que toda alteración funcional viene determinada por una alteración estructural. La estructura no sólo es importante, sino que es la clave del tratamiento. Por lo tanto, corrigiendo ésta podremos solucionar la disfunción orgánica.
Para comprender este mecanismo tenemos que hablar del sistema nervioso autónomo, podríamos decir que el sistema nervioso está dividido en una parte que responde a la voluntad y a la conciencia y otro es automático que funciona permanentemente que le proporciona al organismo las órdenes para el correcto funcionamiento de los órganos y sistemas.
El sistema nervioso autónomo entonces es la parte del sistema nervioso central y periférico que se encarga de la regulación de las funciones involuntarias del organismo, del mantenimiento del equilibrio interno y de las respuestas de adaptación ante las variaciones del medio externo e interno.
Ayuda a controlar, entre otras funciones, la presión arterial, la motilidad y secreciones digestivas, la emisión urinaria, la sudoración y la temperatura corporal. Algunas de estas funciones están controladas totalmente por el sistema nervioso autónomo, mientras que otras lo están parcialmente.
Este Automatismo está regulado por el sistema nervioso autónomo y este está dividido en un sistema simpático y otro parasimpático, que suben o bajan la actividad de cada órgano según sensores repartidos en todo el cuerpo.
El sistema nervioso simpático puede activarse de forma masiva; ésto ocurre cuando el hipotálamo es activado por un determinado evento, como un estímulo doloroso o emocional muy intensos y en consecuencia se produce una reacción generalizada en todo el organismo, conocida como reacción de alarma o de estrés, también denominada reacción de lucha o huída.
Con la descarga simpática masiva el organismo se pone en marcha para llevar a cabo una actividad muscular enérgica; aumenta la presión arterial, aumenta el flujo sanguíneo en los músculos activos y lo disminuye en los órganos innecesarios para una actividad rápida, aumenta de forma generalizada el metabolismo celular, la glucólisis muscular, la fuerza muscular, y la actividad mental. Todo ello permite realizar una actividad física agotadora.
Al contrario de lo que ocurre con el sistema nervioso simpático, el sistema nervioso parasimpático se relaciona con procesos de descanso, y su activación esta orientada al ahorro de energía. Así, la activación parasimpática produce una disminución de la frecuencia cardiaca, constricción del músculo liso bronquial, miosis, etc. Los signos de descarga parasimpática son las náuseas, vómitos, aumento del peristaltismo intestinal, enuresis y defecación. También origina un aumento de las secreciones.
La subluxación vertebral entonces además de generar sintomatología dolorosa local o irradiada genera alteración de la conducción de los estímulos del sistema nervioso autónomo provocando alteración en la función de los sistemas y órganos internos, por eso es muy frecuente en nuestra consulta, el comentario de los pacientes sobre mejoras en la salud que comúnmente no se relacionan con el origen de la consulta, como ejemplos podemos citar la disminución de la gastritis, dispepsias, recuperación del olfato, desaparición de zumbidos en los oídos, disminución de los dolores menstruales, estabilización de la tensión arterial etc.
Aunque efectivamente puedan ocurrir estos cambios, los quiroprácticos no nos proponemos solucionar este tipo de patologías, ocurren por la capacidad del cuerpo de autocurarse cuando desaparecen las interferencias a la conducción nerviosa al alinearse la columna, de todas maneras aconsejamos que toda este tipo de sintomatología deberá ser controlada por el médico especialista correspondiente.
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